Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Macabeos 6, 1-11

1 El rey Antíoco, en su recorrido por la región alta, tuvo noticia de
que había una ciudad en Persia, llamada Elimaida, famosa por sus riquezas,
su plata y su oro.

2 Tenía un templo rico en extremo, donde se guardaban armaduras de
oro, corazas y armas dejadas allí por Alejandro, hijo de Filipo, rey
de
Macedonia, que fue el primer rey de los griegos.

3 Allá se fue con intención de tomar la ciudad y entrar a saco en ella.
Pero no lo consiguió, porque los habitantes de la ciudad, al conocer
sus
propósitos,

4 le ofrecieron resistencia armada, y tuvo que salir huyendo y
marcharse de allí con gran tristeza para volverse a Babilonia.

5 Todavía se hallaba en Persia, cuando llegó un mensajero
anunciándole la derrota de las tropas enviadas a la tierra de Judá.

6 Lisias, en primer lugar, había ido al frente de un poderoso ejército,
pero había tenido que huir ante los judíos. Estos se habían crecido con las
tropas y los muchos despojos tomados a los ejércitos vencidos.

7 Habían destruido la Abominación levantada por él sobre el altar de
Jerusalén. Habían rodeado de altas murallas como antes el santuario,
así
como a Bet Sur, ciudad del rey.

8 Ante tales noticias, quedó el rey consternado, presa de intensa
agitación, y cayó en cama enfermo de pesadumbre por no haberle salido las
cosas como él quisiera.

9 Muchos días permaneció allí, renovándosele sin cesar la profunda
tristeza, hasta que sintió que se iba a morir.

10 Hizo venir entonces a todos sus amigos y les dijo: «Huye el sueño
de mis ojos y mi corazón desfallece de ansiedad.

11 Me decía a mí mismo: ¿Por qué he llegado a este extremo de
aflicción y me encuentro en tan gran tribulación, siendo así que he
sido
bueno y amado en mi gobierno?